lunes, 20 de junio de 2011

El Thrash Metal (Parte I)


¿Cuáles son los ingredientes que hicieron del Thrash Metal una fuerza dominante en el rock durante los 80's?, pues es simple, si combinamos la fuerza del metal, la actitud del punk, la velocidad del hardcore y todo ello aderezado con una buena dosis de nihilismo, ¡bang! el coctel es explosivo; de ahí nace esa fuerza devastadora que es el thrash y que (a priori) no es apta para las estaciones de radio.
Este amasijo de influencias (la actitud combativa del punk más rabioso, fundamentalmente el de los legendarios Sex Pistols, y todo el movimiento que a finales de los 70's y principios de los 80's supuso la New Wave Of British Heavy Metal –NWOBHM-), se conjugaron para dar el nacimiento a esta corriente (en su momento) extrema del metal.

El año "oficial" del nacimiento del movimiento thrash es 1983, cuando aparece el primer álbum (“Kill’em All”, ¡que más que un título parece toda una declaración de principios!) de una banda que haría historia en el género, unos tales Metallica….
Tenemos que hacer una especial mención de Large Oilrig, mejor conocido como Lars Urlich, ya que era (y todavía lo es) todo un acérrimo seguidor de los grupos de la NWOBHM; el sonido crudo y áspero de estos grupos influenció a toda una generación posterior, a la generación de los futuros thrashers (esta corriente no se circunscribe exclusivamente a Iron Maiden, Def Leppard y Saxon, por el contrario, incluye a una serie de grupos más underground que también fueron parte fundamental de este movimiento como Savage, Blitzkrieg, Diamond Head, Angelwitch, Tank, Raven, Satan, Holocaust, Trespass, Sledgehammer, Gaskin, Witchfynde, Venom, A II Z, Vardis y Tygers of Pan Tang).

Es menester mencionar también a tres bandas que fueron fundamentales en la aparición del movimiento thrash: Motorhead, Accept y Judas Priest.
Los primeros gracias a sus álbumes “Overkill” y principalmente el seminal “Ace Of Spades” y a su endiablada velocidad (de hecho la palabra Motörhead significa en slang "adicto a la velocidad") fueron el abecé para el surgimiento thrashero.
Con respecto a los teutones Accept, basta recordar su tema proto-thrash "Fast As A Shark" y su álbum “Restless And Wild”, para definir perfectamente la fiereza del thrash.
Y cerrando con broche metálico, obviamente no olvidemos a Judas Priest, que con su joya llamada “British Steel” y sus temas “Rapid Fire” y “Steeler”, sentaron cátedra en influencias, velocidad y estilo afilado, cortante y metálico.

El thrash tuvo su epicientro en dos ciudades que son rivales musicalmente: San Francisco (la famosa Bay Area), otrora paraíso hippie y que ahora era el genesis del violento sonido y Los Angeles, donde irónica y paralelamente se gestaba también el llamado Hair Metal...cosas de la vida... Pronto, mediante la organización de conciertos en los clubes y bares más importantes de ambas ciudades y la distribución de material e información de medios independientes y auto gestionados, el thrash se empezó a convertir en todo un fenómeno underground. 
También es justo decir que hubo tres personajes que hicieron mucho por difundir discográficamente aquella nueva forma del metal: Brian Slagel (creador del fanzine "The New Heavy Metal Revue"), empezó a darle un merecido impulso a este nuevo estilo del metal con su propio sello “Metal Blade Records” y a través de sus míticos compilados como “Metal Massacre” (los propios Metallica aparecieron en dichas recopilaciones). Slagel también se ayudó de conciertos promocionales mediante los cuales muchas bandas empezaron a darse a conocer.
El segundo personaje es Ron Quintana, quien proveyó de material europeo a bandas americanas para hacer un fructífero intercambio de ideas e influencias, y quien ayudó a la distribución de demos y discos mediante su fanzine “Metal Mania” (que inicialmente se iba a llamar “Metallica”, hasta que Lars Ulrich se apropió del nombre).
El último personaje es John Zazula, todo un visionario que fundó ese mítico sello independiente denominado “Megaforce Records”, que también impulsó a varias bandas del género (entre ellas Metallica, Anthrax y Testament).

De este modo se gestó todo un movimiento que no hacía sino crecer y crecer...y que pronto explotaría con gran intensidad.

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