viernes, 29 de abril de 2011

Appetite For Destruction


Uno de los debut más exitosos en la historia del rock and roll (comparado con “Van Halen” o “Led Zeppelin”) “Appetite…” prometía la llegada de la siguiente banda legendaria de hard rock; el disco con su actitud punketa y desenfadada, sin miedos y con algo qué decir, desinfectó al mundo del rock del virus feminoide que se había apoderado de él en la década de los 80’s.
“Appetite…” es toda una declaración de principios; producido por Mike Clink (que seguiría siendo asiduo colaborador de la banda angelina en el futuro) es literalmente una patada en el trasero para todos los bobos y modelos que llegaban a Los Ángeles en busca de fortuna. “Appetite…” es musicalmente una mezcla de punk y hard rock llevado al extremo; es Aerosmith con una actitud desafiante y es una vuelta al grito de rebeldía del rock and roll.

El disco comienza con “Welcome To The Jungle”, inmensamente energética y que aconseja al recién llegado a la ciudad de Los Angeles a que se sumerja en todos los placeres que la metrópoli tiene que ofrecerle. Es también un grito de alarma para todas las reinas plásticas queriendo buscar fama en Hollywood; les avisa que la urbe no es todo lo que ven en la televisión. Uno de los sencillos del disco, “Welcome…” es ya un clásico del rock and roll y uno de los riffs más conocidos del mismo género (cortesía de Slash). “It’s So Easy” deja en claro que no por tratar de vender a más personas, los gunners iban a dejar de utilizar palabras rudas en sus canciones (“So Fuckin’ Easy!!!”). Canción áspera, ruda, arrabalera y que demuestra que Duff McKagan era parte primordial en la base musical de los californianos con ese bajo que se siente como un puñetazo en la nariz. “Nightrain” es una composición un poco más relajada (si así se le puede llamar) y que nos enseña las influencias blueseras del  grupo; es una canción que bien Aerosmith pudo haber grabado si Tyler y Perry hubieran mezclado su familiar cocaína con la peligrosa heroína. Al escuchar “Nightrain” uno puede percibir que faltó algo para que pudiera ser uno de los grandes clásicos del hard rock, tal vez un solo legendario de Slash o Izzy Stradlin.
La primera parte del disco cierra con “Out Ta Get Me”, clásica canción de rufianes que se han metido en problemas y que huyen de la justicia. “Out…” nos transmite la rudeza de las distorsiones de las guitarras de Slash e Izzy y nos hace querer retar a los siguiente policías que nos encontremos en el camino.

“Mr. Brownstone” nos señala que la hora para hablar de drogas ha comenzado y aquí es cuando el señor Steven Adler demuestra por qué él es el baterista de Guns and Roses. Con uno de los estribillos más famosos en el rock (y una favorita en los conciertos de los californianos) “Mr….” nos declara que no por bajarle a la velocidad no se puedan hacer canciones agresivas y ofensivas.
La mitad del álbum continúa con tal vez uno de los himnos más conocidos en el rock and roll “Paradise City”; la canción con que usualmente se despedían en sus conciertos (si no es que Axl tenía otro capricho), es un rugido de los deseos de la juventud americana de la década de los 80’s (“…Paradise City, where the grass is green and the girls are pretty”) y es otro de los sencillos que más éxito tuvieron en el radio y en la MTV. Muchos fanáticos conocieron a Guns and Roses por esa intro tan famosa de guitarra con tono limpio, una vez más cortesía del Sr. Slash ahora con Izzy.
Y para los que piden más, la diatriba de los gunners contra la ciudad angelina continúa con “My Michelle” que con sus líneas “Your daddy works in porno now that mommy’s not around, she used to love her heroin but now she’s underground”  demuestra la cruel realidad de muchos de los residentes de dicha ciudad. Con una brillante intro a cargo de Izzy y Slash, “My Michelle” es un amargo e impactante recordatorio de lo que un joven inmigrando a Los Angeles puede encontrar…
“Think about you” cuenta con una bella melodía donde la voz de Axl nos muestra que es perfecta para entonar coros pop (pegajosos y dulces). Esta pieza tristemente fue menospreciada por el grupo ya que no la tocaban en vivo frecuentemente, pero es sin lugar a dudas uno de los tesoros del disco y en especial de Izzy.

La parte final de “Appetite…” comienza con el exitosísimo sencillo “Sweet Child O’Mine”, roquera canción de amor escrita por Axl, Izzy y Slash. La pieza fue inspirada por y dedicada a Erin Everly quien era novia de Axl Rose en el momento en que “Appetite…” fue lanzado.  Cabe mencionar que aunque Axl le escribía este tipo de canciones de amor a Erin, esto no le impedía al roquero propinarle unas buenas golpizas a la beldad…”Sweet…” es Guns And Roses en su máxima expresión, es una de sus mejores composiciones y es un ejemplo de las melodías tan sensibles y emotivas que Slash ¿podía? transmitir con su guitarra; triunfó en la MTV y en el radio y catapultó a los gunners a la fama mundial.
“You’re Crazy” es Axl escribiendo una torcida canción de amor y aprovechando otra oportunidad para seguir maldiciendo (“You’re fucking crazy, oh child”). Una canción acelerada que prueba una vez más que los californianos no se andaban con medias tintas, “You’re…” apareció otra vez en el EP “G N’R Lies” pero en versión acústica.
“Anything goes” es la siguiente pieza del álbum y si bien no es aburrida, queda por debajo de la calidad de las otras composiciones. Con una intro muy peculiar, “Anything…” tiene un estribillo pegajoso pero que no llega a convencer totalmente; es mur probablemente el momento más bajo de “Appetite…”
Finalmente “Rocket Queen” concluye el disco brillantemente y aunque ligeramente larga, termina por convencer por las altas notas que alcanza la voz de Axl y por el pulverizador sonido del bajo de Duff. Es muy probable que “Rocket…” fuera dos canciones distintas que terminaron por quedar unidas, ya que la primera parte suena a un avasallador hard rock y la segunda suena muy melódica, tal vez pidiendo prestado un estribillo pegajoso del pop (la parte que une a ambas mitades de la pieza es los quejidos de placer de, seguramente, alguna groupie de Axl o Slash; ¿querían más provocación y transgresión?). Cabe decir también que “Rocket…” fue una frecuente en los conciertos de los angelinos.

Sin lugar a dudas, “Appetite For Destruction” ha quedado inmortalizado en la historia del rock and roll y es ya un disco legendario. Es una entrega que será recordada más que la banda que lo manufacturó…su portada, sonido y declaración de principios terminarán sobreviviéndole a Axl, Slash, Izzy, Duff y Steven…los Guns And Roses que pudieron haber sido más, mucho más…

CALIFICACIONES POSIBLES: 1) ¡GUÁCALA 2) AY... 3) Mmm... 4) YEAH!!! 5) HELL YEAH!!!

CALIFICACIÓN: 5) HELL YEAH!!!

¡APPETITE FOR ROCK AND ROLL!


¡Roqueros!, totalrockandroll está una vez más aquí. Ya que nos tardamos esta semana, los compensamos con el trailer del documental de las audiciones para posibles bateristas de Dream Theater; entérate de quiénes son y comenta si son mejores que Mike Portnoy. En próximos días espera un artículo acerca de la salida de Mike Portnoy de Dream Theater.

Lista la reseña del “Appetite For Destruction”, ¡lee y comenta! En las próximas semanas espera un artículo acera del “Power Metal” y más material acerca de Helloween.

Váyanse preparando para el próximo mes ya que Mötley Crüe visita los “Wild Sides” de nuestro país… ¡sigan roqueando y por favor comenten! Rock on!

lunes, 18 de abril de 2011

A propósito de Guns and Roses y Slash (Parte 2)


A propósito de Slash

Sombrero de copa + Cigarrillo + Botella de Bourbon + Guitarra Gibson Les Paul + Pose = ¡¡¡Slash!!!!

Efectivamente, Saul Hudson, "Slash" para los amigos, ha sido uno de los guitarristas de rock más influyentes de los últimos 25 años y posee una estrella en el Rock Walk of Fame junto a Jimmy Page y Eddie Van Halen. Sin embargo, ¿qué es lo que hace especial a este guitar hero?

Primeramente mencionar de dónde proviene su peculiar sonido...dejemos que el propio Slash nos lo cuente: "estaba enganchadísimo con una chica de mi escuela que me volvía loco, cuando por fin pude salir con ella, me llevó a su casa y ahí tenía el LP" Rocks" de Aerosmith, me olvidé de la mentada chica y escuché varias veces ese álbum y me bebí todo el bourbon que tenían sus padres" (Heavy Rock, 1992); claro, con ello se deduce que su principal influencia es Joe Perry, seguido del maestro de lo esotérico Jimmy Page y, del gitano Keith Richards. En menor medida también presentes en el sonido "slashiano" están Eric Clapton, Jeff Beck, Brian May, Pete Townshend y Eddie Van Halen. Slash absorbió todas estas influencias como una esponja y es cuando adquiere su propio sonido.
Slash es un guitarrista muy creativo, capaz de generar melodías de gran belleza (“November Rain”), riffs despiadados y secos (“Welcome To The Jungle”, “Nightrain”, “Outta Get Me”), ejecutar pasajes a gran velocidad y con total precisión (“Paradise City”) y punteos e intros de enorme sensibilidad (“Sweet Child O'Mine). Su estilo es alejado de la pirotecnia de un Eddie Van Halen y es de corte más sobrio, más clásico, como beber un buen bourbon en un bar de carretera; no es afecto a utilizar muchos efectos para su guitarra como nos comenta: "si alguien pusiese un pedal de wha wha bajo mi pie, al final acabaría dándole una patada para sacarlo del escenario; tengo que hacer que esto sea algo simple" (Kerrang!, 1992).

Como tantas otras estrellas, Slash también ha tenido problemas con las drogas y ha sido protagonista de innumerables escándalos ampliamente documentados en la prensa roquera (y no tan roquera), pero obviamente sin llegar a los (penosos) niveles de Axl Rose; sus irreconciliables disputas con el histriónico vocalista forzaron su salida de los gunners en 1996. Una de dichas razones fue que Axl lo acusó de que las canciones que salieron en el álbum de Slash's Snakepit "It's Five O'Clock Somewhere", debió de grabarlas para la banda de Axl. Pero en una entrevista para Kerrang! de 1995, a raíz de la presentación de Snakepit en el Festival de Donington, Slash declaró que esos temas se los presentó a Axl y que éste sin miramientos, los rechazó (Kerrang!, 1995). ¿A quién le creemos?...

Precisamente con su banda Snakepit ya publicó dos álbumes; el ya mencionado "It's Five..." de muy buena factura y que nos presentaba a Gilby Clarke, Matt Sorum, Mike Inez y Eric Dover y el "Ain’t Life Grand", mucho menos afortunado y de contenido mediocre.
Sin embargo y contra todo pronóstico formó Velvet Revolver, lo que parecía ser un supergrupo más Guns que los propios Guns del infaaaaaame “Chinese Democracy” y que incluía a Duff McKagan, Matt Sorum (ex gunners), Dave Kushner y la adición del polémico y conflictivo Scott Weiland (ex-Stone Temple Pilots); la pregunta es… ¿por qué él?, ¿será que Slash extraña los conflictos con Mr. Rose?
Un primer y exitoso álbum (“Contraband”) y uno un poco anodino (“Libertad”) son las aportaciones de este frustrado intento de supergrupo. Ahora sin Scott y luego de una guerra de declaraciones con…sí...Axl Rose, nos tienen esperando un tercer álbum.
Mientras tanto apareció su disco "Slash" con una pléyade de diversos invitados (al estilo Santana) (Fergie, Ozzy Osbourne, Lemmy Kilmister, Iggy Pop, Dave Grohl, Kid Rock, Chris Cornell y los ex gunners Izzy Stradlin, Steven Adler y Duff McKagan). Mención aparte merecen las incontables colaboraciones con Ray Charles, Eric Clapton, Paul Rodgers, Rod Stewart, Ron Wood, Alice Cooper, Sammy Hagar, Motorhead, Lenny Kravitz y... ¡Michael Jackson!, ¡¡¡¡¡Martha Sánchez!!!!!! y ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Paulina Rubio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (aquí es cuando verdaderamente me dan escalofríos y empiezo a dudar de la "actitud roquera" de Slash). Claro, tiene derecho a colaborar con quien se le pegue su gana...pero que no nos venda su imagen de megaroquero con su cigarrito, melena, botella de Jack Daniels, guitarra Gibson y sombrero de copa si va a prestarse a grabar horrendos temas del pop más asqueroso por una buena lana, porque les aseguro que gratis no lo hizo. Una cosa es ser ecléctico y otra cosa es ser un poser y un vendido. ¡¡¡Defínete Slash, aún estás a tiempo!!!!

¡PREPÁRATE PARA SLAYER Y MÖTLEY!


Roqueros, esta semana les habíamos prometido la reseña del “Appetite For Destruction” pero para no perder la continuidad, aquí en totalrockandroll decidimos brindarles la segunda parte del artículo “A propósito de Guns And Roses y Slash” titulada “A propósito de Slash” ¡Lean y comenten por favor!

El sábado pasado Helloween se presentó en la Ciudad de México, por lo que en próximas semanas espera un artículo acerca del power metal que tan exitosamente Helloween ha hecho famoso.

Slayer y Mötley Crüe visitan nuestro país en próximos días, espera noticias y artículos acerca de ambos grupos. Y la próxima semana ahora sí, la reseña del “Appetite For Destruction” de Guns And Roses. ¡A roquear en la Semana Santa!, rock on!!!

lunes, 11 de abril de 2011

A propósito de Guns And Roses y Slash (Parte 1)


A propósito de Guns And Roses

Fueron considerados "la banda más peligrosa del planeta", su ascenso a la cima del rock fue meteórico, como meteórica fue su caída. Escándalos, peleas, detenciones, muertes, sexo, drogas y rock and roll... ¿adivinaron?, ¡claro! estamos hablando de Guns 'n' Roses.

La banda surgió en el momento en que el rock (sobre todo el americano) se estaba "glamizando" o amariconando demasiado, se tendía a la blandenguería y al comercialismo fácil (que se lo pregunten a Poison, Winger o Warrant). En ese momento los Gunners rompieron ese molde gracias a su propuesta machista, grosera, torva, agresiva, desafiante; todo ello gracias a su hoy clásico “Appetite For Destruction” de 1987, que vino a devolverle al rock su espíritu rebelde e inconformista. En realidad los Guns fueron una amalgama de The Rolling Stones, Led Zeppelin, Aerosmith y Sex Pistols, aderezada con un toque de Queen (en los “Use your Illusion”) y con una porción de su estilo personal, y que en su momento se convirtió en un parteaguas en la escena roquera norteamericana.
Su desfasado comportamiento en el escenario era un reflejo de las caóticas vidas personales de sus integrantes, me refiero a Axl Rose, Slash, Izzy Stradlin, Duff McKagan y Steven Adler, los Guns del "Appetite..."; comportamiento que significó un punto de ruptura para el hard rock de finales de los ochenta.

En el “Apetite…” se notaba un ingrediente más amargo en las canciones, la música y letras tenían más suciedad, un trasfondo apocalíptico en piezas como “Welcome To The Jungle”, “My Michelle”, “Outta Get Me”, un toque de ternura con “Sweet Child O'Mine”, (la power ballad del álbum) y la oda a la heroína con “Mr. Brownstone”.
Inicialmente el álbum no vendió demasiado, pero al transcurrir de los meses subió imparable al primer puesto de las lista americanas Billboard. Luego siguieron giras con las bandas The Cult, Iron Maiden, AC/DC, Aerosmith, The Rolling Stones...pero el anticlímax vino en el Festival Donington de 1988, durante el cual, mientras la banda se presentaba, dos fans perdían la vida aplastados entre la multitud.
Los excesos y desfases de la banda eran cosa de todos los días y ello terminó por pasarle factura al baterista Steven Adler quien abandonó la agrupación en 1990 y fue sustituido por Matt Sorum de the Cult, al mismo tiempo que la banda agregaba al tecladista Dizzy Reed. La espera de un siguiente álbum fue mitigada por el EP “Lies” que nuevamente causó polémica gracias al tema “One In A Million” cuya letra era de contenido racista y homofóbico (claro, la polémica y el escándalo siempre venden).

El año 1991 es el de las ilusiones y amargas realidades, es decir, los álbumes “Use Your Illusion” partes I y II, que ya carecían de la fuerza y suciedad del “Appetite…”, y cuyos temas pasaban de lo sublime a lo churrigueresco y excesivo, con las intenciones no declaradas de Axl Rose de querer ser una mezcla entre Freddie Mercury y Elton John. Temas blueseros, roqueros, épicos y grandilocuentes - “November Rain”, “Estranged”, “Civil War”, “Get In The Ring” (y sus dedicatorias incluídas, etc.) - dieron por resultado dos trabajos bastante irregulares, que sin embargo subieron hasta los puestos 2 y 1 respectivamente, de las listas  Billboard. La gira promocional resultó verdaderamente demencial, 28 meses de caos, escándalos y arrestos, suspensiones de conciertos, destrozos, violencia...e Izzy Stradlin abandonando la agrupación por sus diferencias con el desquiciado de Axl, ¿su sustituto? Gilby Clarke, un instrumentista discreto y solvente.
Mención aparte merecen las polémicas fechas conjuntas con Metallica durante 1992 y que merecen otro artículo. El final de toda esta stravaganzza tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, el 17 de julio de 1993; podemos decir que ahí termina la historia de Guns and Roses, porque ni el irregular LP de covers “The Spaghetti Incident” ni su versión de “Sympathy for the Devil” de The Rolling Stones tuvieron continuidad. A ello le siguieron las peleas y despidos de Gilby, Slash, Matt, Duff, el surgimiento de las bandas Slash’s Snakepit, Velvet Revolver...y el culebrón de 17 años desde los Illusions a esa caricatura de álbum denominado “Chinese Democracy”.

Tristemente es aún más caricaturesca y patética la versión de Guns And Roses de Axl y sus Guns de juguete, una banda de mercenarios que han echado por los suelos… la trasnochada leyenda de unas pistolas de fogueo y unas rosas sin espinas...

CONTINUARÁ…


¡FECHAS LISTAS PARA JUDAS PRIEST EN MÉXICO!

Una vez más totalrockandroll está aquí con un artículo acerca de Guns and Roses y Slash llamado “A propósito de Guns and Roses y Slash” y que tendrá su continuación en las próximas semanas, ¡lee y comenta!

La semana pasada se dieron a conocer las fechas en las que Judas Priest estará en nuestro país: Ciudad de México 30 de Septiembre, Guadalajara 1 de Octubre y Monterrey 3 de Octubre. ¡Prepárate para recibir a los maestros del metal!

Este fin de semana viene Helloween a la Ciudad de México junto con Stratovarius. Si eres fan del power metal ¡no puedes perdértelos!

En nuestra próxima entrega espera una reseña del disco “Appetite For Destruction” de los Guns And Roses y ¡más sorpresas y mejor contenido! ROCK ON!!!

viernes, 1 de abril de 2011

The Final Frontier


“The Final Frontier” es el décimo quinto álbum de la banda y es una vuelta (o al menos media vuelta) a lo que Maiden hace tan bien: canciones rápidas, agresivas y con una actitud de “no tomes prisioneros”. Es sólo media vuelta porque la segunda mitad del disco es una muestra del nuevo Maiden: canciones largas, introspectivas, más progresivas que metaleras y sin ángel (o más bien sin bestia). Este disco también es una continuación de lo que los ingleses han venido haciendo desde la última década: álbumes temáticos aunque sin ser conceptuales. (El tema actual es el viaje espacial o interestelar).

El álbum fue grabado en los estudios “Compass Point” en la capital de las Bahamas, Nassau; estudios donde se grabaron grandes clásicos de la banda británica como “Piece of Mind” y “Powerslave”. Esto parecía indicar que Harris y los muchachos querían dejar en claro que volvían por sus fueros y que tenían grandes esperanzas para “The Final…” Tristemente, el álbum es bueno pero no brillante y la razón siendo que el disco tiene una crisis de identidad; el álbum nunca deja en claro lo que pretende comunicar de una banda tan legendaria como Iron Maiden.

La nueva entrega inicia con una intro llamada “Satellite 15…” que de manera muy convincente deja en claro que los muchachos de Eddie han evolucionado musicalmente; “Satellite 15…” nos recuerda a las introducciones de canciones de bandas de metal progresivo como Dream Theater, pero Maiden le imbuye su muy particular estilo lo que la hace muy original y que no parezca una copia de piezas de otras bandas de aquél estilo. De cualquier manera, esta introducción nos comunica lo que Maiden es ya actualmente: una banda adulta de metal progresivo. “Satellite…” sirve de preámbulo para “The Final Frontier” que es toda una declaración de principios de Harris y compañía; “The Final…” regresa a Maiden a las canciones que te golpean directamente en la cara, es Maiden de los 80’, es lo que sus fans piden, es un estribillo que hace que Iron Maiden y Eddie ofendan a los débiles de oídos. Aún así “The Final…” es un recordatorio de que incluso estas piezas clásicas de Maiden han cambiado. Al escucharla se pueden sentir las guitarras acústicas tratando de fortalecer la agresividad de las guitarras eléctricas (algo que nunca hubieran pensado hacer en el pasado para piezas de este tipo) y también lamentablemente, se puede escuchar que los roqueros están disminuyendo el ritmo de sus canciones (algo natural teniendo en cuenta la edad de los músicos).

“El Dorado” es la tercera composición y ha sido tachada de ser una copia de “Two Minutes To Midnight” del clásico “Powerslave”; no hay duda de que tiene ciertas similitudes con la pieza de 1984 pero sorpresivamente tiene su propia identidad, es sólida y tiene un estribillo muy recordable. Nicko y Harris crean una base rítmica tan firme que hace que los demás músicos suenen tan bien que uno termina pensando lo que pasaría si la banda inglesa no tuviera esta base tan consistente. Cabe mencionar que “El Dorado” fue la primera canción que la banda dejó escuchar a sus fans antes de sacar a la venta “The Final Frontier”.

“Mother Of Mercy” es muy probablemente la mejor pieza del disco (y que inexplicable y tontamente la banda no la tocó en el pasado concierto en la Ciudad de México). “Mother…” habla de la guerra (lo que podría hacernos pensar que fuera compuesta para “A Matter Of Life And Death”) y nos deja escuchar la impresionante voz de Bruce Dickinson en el coro “Mother of mercy, angel of pain!” Excelente composición del fino guitarrista Adrian Smith y del entero bajista Steve Harris. Bruce demuestra aquí por qué es uno de los vocalistas más influyentes en la historia del rock.
Y por si no fuera poco, el álbum continúa con la épica “Coming Home” que muchos catalogaron como una de las mejores baladas de Maiden (y honestamente lo que menos tiene es ser una balada) pero que simplemente es una portentosa pieza épica con un estribillo asombrosamente emotivo (“Coming home, far away”) y que sirve de recordatorio de lo que pueden hacer Smith, Harris y Dickinson cuando componen juntos (recordemos lo que hicieron con todo el álbum “Seventh Son Of A Seventh Son”). Perfecta pieza sin lugar a dudas…

Y entonces llega la segunda mitad del disco, ¡demonios!, justamente cuando iba tan bien...
Terriblemente, la segunda mitad del disco no está a la altura de la primera parte. “The Alchemist” es la clásica rápida canción de Maiden que no transmite mucho y que sólo sirve para el “headbangin’”; recuerda a “The Mercenary” de “Brave New World” y como ésta, “The Alchemist” aburre después de los primeros dos minutos…perfectamente olvidable. “Isle of Avalon” le da inicio al nuevo Maiden, la primera pieza larga, progresiva y profunda del disco. Aunque tiene sus momentos, “Isle…” es imposible de recordar después de haberla terminado de escuchar. La pieza tiene una preciosa parte instrumental que nos hace querer que esta pieza fuera mejor una improvisación que una canción perfectamente esquematizada, pero dicha parte dura a lo mucho minuto y medio; no suficiente para hacernos olvidar los otros minutos de confusión. En su afán por hacer canciones trascendentales, los británicos han logrado precisamente lo opuesto: piezas completa y totalmente intrascendentales, olvidables y aburridas. “Starblind” tiene un excelente coro (“Starblind with sun, the stars are one”) y Dickinson una vez más se luce con ella…pero es increíble y exageradamente confusa. Es así que “Star…” no llega a ninguna parte y está llena de detalles que la hacen pesada, densa y aburrida.

“The Talisman” fue tocada en el concierto en la Ciudad de México y es difícil entender por qué los británicos lo hicieron, ¿por qué no tocar mejor “Mother of Mercy”? Esta pieza será seguramente olvidada y desechada de sus conciertos en la próxima gira. “…Talisman” es también una canción extensa, densa y sin ningún efecto en el escucha. “The Man Who Would Be King” es otro recordatorio de que el nuevo Maiden está aquí para quedarse; es una pieza de metal progresivo pero que (duela a quien le duela) no está a la altura de piezas de ese estilo como “Voices” de Dream Theater o “Eyes Of A Stranger” de Queensrÿche (o incluso de piezas de hard/rock progresivo como “La Villa Strangiato” de la banda canadiense Rush). Es absolutamente prescindible del catálogo esencial de Iron Maiden.

Finalmente, “When The Wild Wind Blows” es una composición totalmente de Steve Harris; su ritmo es hipnotizador y atrayente y hasta cierto punto es la mejor canción larga del disco. Nuestro colaborador Jack definió el ritmo como “céltico” y “a la Gary Moore”, lo cual es muy cierto y tal vez estas cualidades logran que la canción tenga cierto encanto que hace que sea gozable. Ya que Harris escribió esta canción (y ha escrito otras piezas largas como “Fear Of The Dark” y “Seventh Son Of A Seventh Son”) uno se pregunta si no sería preferible el encomendarle las piezas épicas, largas y progresivas solamente a él…

Buen disco, sólido, pero que se cae estrepitosamente en su segunda mitad por la auto indulgencia de los miembros de la banda inglesa. Esperemos que en la próxima entrega, los muchachos ya hayan dominado el arte del metal progresivo (o recuerden algo de su inspiración para el “Seventh Son Of A Seventh Son”) y nos otorguen un clásico del susodicho estilo.

Aunque “The Final Frontier” podría ser verdaderamente la frontera final…
CALIFICACIONES POSIBLES: 1) ¡GUÁCALA 2) AY... 3) Mmm... 4) YEAH!!! 5) HELL YEAH!!!



CALIFICACIÓN: 4) YEAH!!!

¡SLASH SIGUE ROCKIN’ IN THE JUNGLE!

¡Roqueros!, fue una larga semana de espera pero una nueva entrega de total rock and roll está aquí. Sí, la reseña de “The Final Frontier” de Iron Maiden ya está lista, ¡léela y comenta!
El pasado fin de semana estuvo Slash en la Ciudad de México, por lo que la próxima semana espera una reflexión de nuestros colaboradores acerca de Slash como guitarrista y como miembro de su ex-banda Guns and Roses.
Y prepárense porque a finales de mayo Mötley Crüe visita nuestro país… ¡asiste a sus conciertos y grítale al diablo! Rock on!