viernes, 29 de abril de 2011

Appetite For Destruction


Uno de los debut más exitosos en la historia del rock and roll (comparado con “Van Halen” o “Led Zeppelin”) “Appetite…” prometía la llegada de la siguiente banda legendaria de hard rock; el disco con su actitud punketa y desenfadada, sin miedos y con algo qué decir, desinfectó al mundo del rock del virus feminoide que se había apoderado de él en la década de los 80’s.
“Appetite…” es toda una declaración de principios; producido por Mike Clink (que seguiría siendo asiduo colaborador de la banda angelina en el futuro) es literalmente una patada en el trasero para todos los bobos y modelos que llegaban a Los Ángeles en busca de fortuna. “Appetite…” es musicalmente una mezcla de punk y hard rock llevado al extremo; es Aerosmith con una actitud desafiante y es una vuelta al grito de rebeldía del rock and roll.

El disco comienza con “Welcome To The Jungle”, inmensamente energética y que aconseja al recién llegado a la ciudad de Los Angeles a que se sumerja en todos los placeres que la metrópoli tiene que ofrecerle. Es también un grito de alarma para todas las reinas plásticas queriendo buscar fama en Hollywood; les avisa que la urbe no es todo lo que ven en la televisión. Uno de los sencillos del disco, “Welcome…” es ya un clásico del rock and roll y uno de los riffs más conocidos del mismo género (cortesía de Slash). “It’s So Easy” deja en claro que no por tratar de vender a más personas, los gunners iban a dejar de utilizar palabras rudas en sus canciones (“So Fuckin’ Easy!!!”). Canción áspera, ruda, arrabalera y que demuestra que Duff McKagan era parte primordial en la base musical de los californianos con ese bajo que se siente como un puñetazo en la nariz. “Nightrain” es una composición un poco más relajada (si así se le puede llamar) y que nos enseña las influencias blueseras del  grupo; es una canción que bien Aerosmith pudo haber grabado si Tyler y Perry hubieran mezclado su familiar cocaína con la peligrosa heroína. Al escuchar “Nightrain” uno puede percibir que faltó algo para que pudiera ser uno de los grandes clásicos del hard rock, tal vez un solo legendario de Slash o Izzy Stradlin.
La primera parte del disco cierra con “Out Ta Get Me”, clásica canción de rufianes que se han metido en problemas y que huyen de la justicia. “Out…” nos transmite la rudeza de las distorsiones de las guitarras de Slash e Izzy y nos hace querer retar a los siguiente policías que nos encontremos en el camino.

“Mr. Brownstone” nos señala que la hora para hablar de drogas ha comenzado y aquí es cuando el señor Steven Adler demuestra por qué él es el baterista de Guns and Roses. Con uno de los estribillos más famosos en el rock (y una favorita en los conciertos de los californianos) “Mr….” nos declara que no por bajarle a la velocidad no se puedan hacer canciones agresivas y ofensivas.
La mitad del álbum continúa con tal vez uno de los himnos más conocidos en el rock and roll “Paradise City”; la canción con que usualmente se despedían en sus conciertos (si no es que Axl tenía otro capricho), es un rugido de los deseos de la juventud americana de la década de los 80’s (“…Paradise City, where the grass is green and the girls are pretty”) y es otro de los sencillos que más éxito tuvieron en el radio y en la MTV. Muchos fanáticos conocieron a Guns and Roses por esa intro tan famosa de guitarra con tono limpio, una vez más cortesía del Sr. Slash ahora con Izzy.
Y para los que piden más, la diatriba de los gunners contra la ciudad angelina continúa con “My Michelle” que con sus líneas “Your daddy works in porno now that mommy’s not around, she used to love her heroin but now she’s underground”  demuestra la cruel realidad de muchos de los residentes de dicha ciudad. Con una brillante intro a cargo de Izzy y Slash, “My Michelle” es un amargo e impactante recordatorio de lo que un joven inmigrando a Los Angeles puede encontrar…
“Think about you” cuenta con una bella melodía donde la voz de Axl nos muestra que es perfecta para entonar coros pop (pegajosos y dulces). Esta pieza tristemente fue menospreciada por el grupo ya que no la tocaban en vivo frecuentemente, pero es sin lugar a dudas uno de los tesoros del disco y en especial de Izzy.

La parte final de “Appetite…” comienza con el exitosísimo sencillo “Sweet Child O’Mine”, roquera canción de amor escrita por Axl, Izzy y Slash. La pieza fue inspirada por y dedicada a Erin Everly quien era novia de Axl Rose en el momento en que “Appetite…” fue lanzado.  Cabe mencionar que aunque Axl le escribía este tipo de canciones de amor a Erin, esto no le impedía al roquero propinarle unas buenas golpizas a la beldad…”Sweet…” es Guns And Roses en su máxima expresión, es una de sus mejores composiciones y es un ejemplo de las melodías tan sensibles y emotivas que Slash ¿podía? transmitir con su guitarra; triunfó en la MTV y en el radio y catapultó a los gunners a la fama mundial.
“You’re Crazy” es Axl escribiendo una torcida canción de amor y aprovechando otra oportunidad para seguir maldiciendo (“You’re fucking crazy, oh child”). Una canción acelerada que prueba una vez más que los californianos no se andaban con medias tintas, “You’re…” apareció otra vez en el EP “G N’R Lies” pero en versión acústica.
“Anything goes” es la siguiente pieza del álbum y si bien no es aburrida, queda por debajo de la calidad de las otras composiciones. Con una intro muy peculiar, “Anything…” tiene un estribillo pegajoso pero que no llega a convencer totalmente; es mur probablemente el momento más bajo de “Appetite…”
Finalmente “Rocket Queen” concluye el disco brillantemente y aunque ligeramente larga, termina por convencer por las altas notas que alcanza la voz de Axl y por el pulverizador sonido del bajo de Duff. Es muy probable que “Rocket…” fuera dos canciones distintas que terminaron por quedar unidas, ya que la primera parte suena a un avasallador hard rock y la segunda suena muy melódica, tal vez pidiendo prestado un estribillo pegajoso del pop (la parte que une a ambas mitades de la pieza es los quejidos de placer de, seguramente, alguna groupie de Axl o Slash; ¿querían más provocación y transgresión?). Cabe decir también que “Rocket…” fue una frecuente en los conciertos de los angelinos.

Sin lugar a dudas, “Appetite For Destruction” ha quedado inmortalizado en la historia del rock and roll y es ya un disco legendario. Es una entrega que será recordada más que la banda que lo manufacturó…su portada, sonido y declaración de principios terminarán sobreviviéndole a Axl, Slash, Izzy, Duff y Steven…los Guns And Roses que pudieron haber sido más, mucho más…

CALIFICACIONES POSIBLES: 1) ¡GUÁCALA 2) AY... 3) Mmm... 4) YEAH!!! 5) HELL YEAH!!!

CALIFICACIÓN: 5) HELL YEAH!!!

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