viernes, 6 de mayo de 2011

El circo de Dream Theater

Muy seguramente muchos de ustedes ya saben quién es el nuevo baterista de Dream Theater (pero aún así no lo revelaré para que vean el documental que ya está en total rock and roll) y tendrán sus opiniones acerca de él. Pero el propósito de esta reflexión no es el de hablar del nuevo bataquero si no el de hablar del viejo: Mike Portnoy, y de todo el revuelo que causó su partida del grupo neoyorquino.
Tristemente, Dream Theater y Mike Portnoy han vuelto un evento que bien pudo haber sido triste pero digno, en un circo, sólo comparado con ver un juego de los Harlem Globetrotters o con la tan popular pero vana Boda Real. A lo largo de la historia del rock hemos visto cómo muchos ex compañeros de banda se han destrozado después de separarse (recordemos a Vince Neil cuando fue corrido de Mötley Crüe o a Bruce Dickinson cuando dejó Iron Maiden) pero con Dream Theater uno esperaba que la separación fuera diferente, que fuera como su música, agresiva pero elegante. Agresiva si fue, pero fue tan ridícula y torpe que cuando los miembros de Dream Theater volteen hacia atrás y recuerden este evento, no les quedará más que bajar la cabeza en señal de profundísima vergüenza.

A Mike Portnoy le faltó un consejero que lo guiara para saber cómo lidiar con la muerte de su padre (que muy probablemente fue la causa de su deseo de tener un “descanso” con Dream Theater) y que lo ayudara a tener una plática asertiva con los restantes miembros del grupo de la costa este. Tal vez en un arrebato (porque por primera vez no se hacía lo que él quería), abandonó la banda para presionar a los demás. Actuó como un niño caprichudo que quiere lograr su objetivo no importando sobre quién pase o qué haga…esa para nada era la solución a esos problemas. Lamentablemente su plan no le funcionó y peor aún, su apuesta de tocar con un grupo que en ciertos aspectos rivaliza con Dream Theater (Avenged Sevenfold) le sirvió para tres meses; en Diciembre del año pasado los de Avenged le dieron las gracias. Y ahora sí, con la cola entre las patas, Mike Portnoy trató de reconciliarse con sus ex compañeros, solamente tres meses después de su tan conocida partida. Y obviamente, su deseo de regresar fue recibido con una patada en el trasero por parte de los metal progresivos; esto habla muy bien de Dream Theater y habla pésimamente de Mike Portnoy.

Pero siempre hay un “pero” en cualquier historia…Dream Theater pudo haber salido de este penoso acto de la mejora manera, decentemente y con clase, pero no, para ellos era un circo que tenía que ser anunciado a las hordas de fanáticos de la banda. Vergüenza ajena es lo que produce ver el documental en búsqueda del nuevo baterista de DT; uno no puede evitar seguir extrañando a Mike Portnoy al ver a un ensoberbecido y vano James LaBrie actuando como maestro de ceremonias. Además, parece que LaBrie intenta ser el nuevo líder de la banda ya que incluso él le da la bienvenida al nuevo aporreador (“Welcome to the family”) con un vergonzoso y falsísimo acento solemne. Es más doloroso aún ver que ni Petrucci, Rudess, LaBrie o Myung puedan decidirse sobre quién es el próximo líder de la banda y aún más doloroso ver a semejante banda sin cabeza…

Como buenos mercaderes, quisieron hacer dinero (porque muy posiblemente van a sacar a la venta ese documental) y llamar la atención mostrando su supuesto dolor por la partida de su hermano y compañero. Para Petrucci, LaBrie, Rudess y Myung, no fue necesario sufrir en silencio si no lamentarse en público echando por tierra toda la mística que envolvía al grupo neoyorquino y a su ex líder. Imagínense que Zeppelin hubiera hecho algo similar con la muerte de John Bonham…

Dream Theater y Mike Portnoy debieron haberse hecho muchas preguntas antes de tomar las decisiones que tomaron: ¿por qué Mike no habló de hermano a hermanos con los otros miembros de la banda?, ¿por qué no abandonó su ego y se dio cuenta de que Dream Theater es la suma de sus partes y no sólo una parte?, ¿por qué pedir el regreso a Dream Theater?, ¿por qué mejor no aceptar la derrota y salir elegantemente?  La respuesta es que ya se creía el amo y señor de Dream Theater.

Y Dream Theater no se salva: ¿por qué echar a la basura todos los recuerdos y éxitos que tuvieron con Portnoy al inmediatamente hacer un documental de las audiciones?, ¿por qué mejor no esperar a que el dolor fuera menor para ambas partes? La respuesta es porque querían tomar ventaja de la situación…su respuesta es comprensible pero mezquina…

Duele, pero el alma de Dream Theater es y seguirá siendo Mike Portnoy junto con Rudess, Portnoy, Myung y Petrucci. Nadie podrá llenar sus lugares y será difícil encontrar a alguien de la talla de sus carismas. Tristemente veremos a un nuevo Dream Theater que estará parodiando al viejo Dream Theater y trágicamente, en esta historia pierden todos: Mike Portnoy, Dream Theater pero más que nadie…los fanáticos.    

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