jueves, 13 de enero de 2011

Acerca Del Fanatismo Por La Música De Pink Floyd



Con motivo de la reciente visita de Roger Waters a nuestro país y después de observar la apasionante multitud que hizo que el británico abriera una fecha más, cabe hacerse la siguiente reflexión: ¿por qué tanto fervor por la música del cuarteto progresivo inglés?

Hay muchas teorías acerca del porqué del supuesto “amor incondicional” de los fanáticos de Pink Floyd: algunas de sus canciones complacen a las grandes masas y no las ofenden, su intelectualidad en la composición de sus piezas y la influencia de las drogas en dicha composición, la calidad de sus canciones o la impresionante cantidad de fanáticos que tiene la banda en todo el mundo. Se puede abundar mucho más en las razones pero olvidamos tal vez la más importante de todas: Pink Floyd es el grupo para intelectuales y snobs por antonomasia.

Si, el rock progresivo como es bien sabido es música más elaborada y con alta atención al detalle, muchas de las veces compuesta por músicos de conservatorio o personas muy inteligentes académicamente. Es un rock no fácil de digerir y que le requiere al escucha mucha atención y análisis; es un rock que toma tiempo para entenderse y para degustarse. Estas son las razones que han hecho que el rock progresivo de Pink Floyd comenzará agradando a finales de los 60’s a intelectuales o a gente que se tomaba el tiempo para entender la música de la banda. Pero como en cualquier otra disciplina en el mundo, siempre existirá la gente que quiera ser como las personas exitosas sin tomarse el tiempo para lograr las metas que esas personas han logrado; así que estos “wannabes” intelectuales también llamados “snobs” al ver que los intelectuales escuchaban el rock progresivo, decidieron también hacerlo. Y como todos sabemos siempre habrá más snobs que verdaderos intelectuales. Es por eso que Pink Floyd tiene tantos seguidores en todo el mundo, todos queremos ser llamados “inteligentes”, “intelectuales” o “conocedores” cuando en realidad la música de Pink Floyd a excepción de algunas piezas muy conocidas, es difícil de entender y de digerir, y ojo, es música que NO ES PARA LAS GRANDES MASAS. El rock progresivo por su peculiar naturaleza no fue hecho para ellas…

Sería bueno preguntarles a los supuestos “fanáticos” de Roger Waters si acaso conocen algo de su material en solitario, o si acaso conocen “Several Species Of Small Furry Animals Gathered Together In A Cave And Grooving With A Pict”, “Corporal Clegg” o “San Tropez” de la banda inglesa. También no falta el listo que se meta a Wikipedia.org a investigar acerca de Pink Floyd y después se ponga a presumir sus recién adquiridos conocimientos con el vulgo, o aquél que, sobrándole dinero, se compra toda la discografía (hasta con las compilaciones más raras por supuesto) para mostrar que su supuesto “amor” va en serio.

Lamentablemente, la música de Pink Floyd como el cubismo de Picasso o el cine de Jean-Luc Godard es solamente para algunos entendidos, para aquellos que se han tomado el tiempo y la ardua labor de cultivarse y tratar de entender lo que estos iluminados quisieron comunicar con su arte; recordemos que el arte no se puede asimilar de la noche a la mañana, se requiere de paciencia y mucha perseverancia para comprenderlo hasta cierto punto, pero sobre todo se requiere de mucha sensibilidad. La sensibilidad es algo que no se adquiere investigando en Wikipedia o comprando discos, viene del espíritu de cada persona, viene de las vísceras, por lo tanto…se tiene o no se tiene…

Irónicamente, les puedo asegurar que el señor Waters que aunque reniegue de las grandes masas (de ahí su motivación para “Animals”) le encanta ver sus estadios repletos de “fanáticos” de su música.

Señor Waters, ¿qué pasó con el hastío por las grandes masas de borregos (“Sheep”)?, ¿será que ya nos ablandamos?, ¿o será que el capitalismo al que siempre criticó al final de cuentas no es tan malo cuando uno resulta ser un puerco como los de su disco “Animals”? Lamentablemente, parece ser que el ego desmedido del Señor Waters pudo más que su hastío por el capitalismo.

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