martes, 14 de diciembre de 2010

¡Feliz Cumple 30 "The Game"!



Ya han pasado treinta años desde el lanzamiento de este legendario disco de la influyente banda roquera británica Queen y ¿qué no se puede decir acerca de él? Para muchos es el último gran disco de Queen (aunque yo diría que “Innuendo” fue una gran despedida) y fue el primer disco de la banda en el que se utilizaban los sintetizadores; Renuentes a utilizarlos en los primeros discos, los miembros del grupo terminaron por añadirlos a sus álbumes porque brindaban una mayor experiencia creativa. Cabe señalar que Deacon, May, Mercury y Taylor se aseguraban que sus seguidores supieran que no utilizaban los sintetizadores mediante la frase “No synths” escrita en el folleto de sus discos.

“The Game” fue grabado entre 1979 y 1980 y fue producido conjuntamente por Queen y el productor alemán Mack (que después daría a conocer su nombre de pila “Reinhold”). El álbum representa la primera incursión del grupo en los estilos de música negra como el Soul y el Funk pero al mismo tiempo es un álbum de Rockabilly. Esta entrega fue un éxito inmediato para el grupo.

El disco inicia con “Play the Game” que comienza con sonido de sintetizadores; una muestra de que Queen había terminado por aceptar las máquinas en su música. “Play the Game” es uno de los cuatro sencillos de “The Game” y es una pieza en la que Mercury una vez más hace gala de la voz más capaz del rock and roll. En esta canción, Freddie utiliza la técnica vocal del falsetto que tanto disfrutaba el Tanzano-Inglés. “Play the Game” funciona más en vivo que en estudio ya que May decide imbuirle más distorsión a la guitarra lo que resulta en un mayor impacto para el escucha.

El disco continúa con “Dragon Attack” que representa una auténtica separación de lo que Queen había hecho antes musicalmente. Una pieza de May con un tremendo bajo por Deacon, es de gran fuerza ya que Taylor lo complementa con un pequeño solo de batería que le añade poder. Las influencias “negras” de Deacon relucen en esta canción y en la siguiente “Another One Bites The Dust”. ¿Quién no conoce esta melodía?, el éxito más grande para Queen desde “Bohemian Rhapsody” y un éxito total en todo el mundo y especialmente en E.U.A. La canción comienza con una potente base rítmica de Taylor y Deacon, y con esa inconfundible línea de bajo. May añade unas partes de guitarra funk lo que acabaron por agradar a la gente negra del país norteamericano. “Need your loving tonight” es el pequeño gran tesoro del disco y que no fue reconocida como se lo merecía. Una vez más Deacon compone una brillante y alegre canción que coquetea con el rockabilly de Elvis Presley y que trata acerca de un amor perdido.

“Crazy Little Thing Called Love” es el otro clásico del disco y también en la línea del rockabilly. Mercury muestra sus dotes como compositor e imitador de Elvis Presley y el rock de los 50’s. Éxito inmediato para el grupo, Mercury comentaba que la escribió mientras estaba en la bañera.

“Rock It (Prime Jive)” es otro tributo al rock cincuentero. Cantada por Mercury y Taylor, es energética y acaba por comprobar la voz tan adecuada que tiene Taylor para un buen rock acelerado. “Don’t Try Suicide” es la primera canción que Mercury escribe acerca del tema del suicidio (continuaría con “Keep Passing The Open Windows” de “The Works”) y también está muy en la línea del rock primitivo con esos coros por los miembros del grupo. Aunque no tan grandiosa como “Crazy…” y “Need your loving…”, aún así termina por convencer. “Sail Away Sweet Sister” es uno de los temas escritos por Brian May en este disco y tal vez el más flojo de ellos. La melodía de la pieza hipnotiza pero la voz de May suena muy débil para ella, incluso el solo de guitarra es olvidable. El único momento fuerte de la canción es la parte vocal de Mercury lo que nos comprueba que era una pieza para él y no para el guitarrista inglés. “Coming Soon” es muy probablemente la pieza más floja del disco; escrita por Taylor, el tema suena mucho más inclinado a demostrar lo que la producción en estudio puede hacer. Los coros de Taylor no le añaden nada al tema y ninguno de los restantes miembros del grupo hace algo por sobresalir. Es una pieza que debieron haber dejado para un lado B de alguno de los sencillos del disco. Gracias a los Dioses del Rock, “The Game” cierra con un tema extraordinario: “Save me”. Una balada al estilo Mercury escrita por May, termina por conmover y darle un cierre con broche de oro a uno de los álbumes legendarios del rock and roll. May acertó al dejar cantar su canción a Mercury, ya que su voz le imprime un sentimiento que la voz de May ni en 1,000 años podría transmitir. Es cierto que esta balada no está a la altura de otras baladas de Queen como “Love Of My Life” o “You Take My Breath Away” pero aún así es efectiva y no desentona con los otros grandes clásicos de este gran disco.

Un excelente disco por una excelente banda, ¿si no lo tienes, qué estas esperando para ir a comprarlo?



CALIFICACIÓN: HELL YEAH!!!

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