Producción del 2009 del quinteto neoyorquino que una vez más deleita a sus fanáticos con lo mejor que saben hacer: tocar con virtuosismo sus instrumentos. La nueva entrega de Dream Theater representa un respiro después de dos discos demasiado ambiciosos que sin embargo nunca conectaron con los seguidores de largo tiempo del grupo.
“A nightmare to remember” abre este nuevo álbum y rápidamente nos sorprende con los coros de Mike Portnoy muy a lo “doom metal”; esta canción bien puede ser el tributo que rinde la banda a sus influencias death y doom metaleras. El tema es agradable pero su larga duración (16 minutos) la hace difícil de digerir a la primera. “A rite of passage” es el primer sencillo del álbum que también cuenta con video. En esta pieza podemos ver la madurez a la que ha llegado el quinteto ya que los 5 miembros están muy medidos y no tocan larguísimos solos que no llegan a ninguna parte. Es un tema sólido que bien demuestra por qué fue escogido como el primer sencillo del disco. “Wither”, una balada compuesta por el guitarrista John Petrucci nos demuestra una de las facetas del grupo que tanto admiran sus seguidores: las canciones de amor o desamor melódicas y con el tinte instrumental del grupo. Es la canción más corta del álbum pero una de las que transmite de mejor manera su mensaje: un amor marchito. “The Shattered Fortress” es tal vez la pieza más floja de esta nueva entrega, nos recuerda a “Repentance” del “Systematic Chaos” y esto no es bueno. La canción toma partes de otras canciones de Dream Theater que hablan acerca de los pasos para vencer al alcoholismo; saga que comienza con “The Mirror” del álbum “Awake”. Pero si en el pasado álbum este tipo de medley (o popurrí) no funcionó, en este nuevo disco la pieza está muy fuera de lugar. Tal vez lo único que llama la atención es la parte original del tema llamada “Responsible”. Lamentablemente, “…fortress” hace que “Black Clouds…” no sea un álbum perfecto. La quinta pieza es un tributo al fallecido padre de Mike Portnoy: Howard Portnoy. “Best of times” es una canción que no se decide entre ser un tema a lo Satriani o ser una balada a lo “Take away my pain” del “Falling into infinity”. De cualquier manera la pieza termina con unas melodías de guitarra que ya quisiera haber compuesto el guitarrista californiano. Es un tema que si no convence totalmente al menos te hace querer volverlo a escuchar. Finalmente viene “The Count of Tuscany” que muy probablemente es la mejor pieza del disco. Un tema de casi 20 minutos, “The Count…” nos muestra las influencias progresivas del grupo (Rush, King Crimson y Yes). Incluye un interludio que nos recuerda enormemente a “Xanadu” del trío Canadiense Rush. Una pieza hermosa y con tremenda sensibilidad que al mismo tiempo no olvida lo agresivo del heavy metal.
Y si compraste la edición especial del disco, podrás escuchar 6 temas en los que el quinteto hace versiones de sus clásicos de rock preferidos. Cabe resaltar “Stargazer” de Rainbow, una versión muy fiel a la original y “Tenement Funster/Flick of the wrist/Lily of the Valley” de Queen, en la que James LaBrie batalla con las vocales originales de Freddie Mercury. Aun así, LaBrie no decepciona. Finalmente en “To tame a land” de Iron Maiden, la banda demuestra que un clásico metalero puede ser trabajado para hacerlo progresivo también.
“Black Clouds” tal vez no sea el mejor disco de Dream Theater pero los fanáticos lo valorarán ya que representa un gran regreso a lo que Dream Theater nos tiene acostumbrados: piezas con memorables melodías y efectivas instrumentaciones.
CALIFICACIÓN: Yeah!!!
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